martes, 10 de marzo de 2015



Lo que duele no es dolor. Lo que duele es la ausencia. El hueco que deja alguien por un tiempo. Echar de menos a lo que un día echastes de más. Esto se puede tapar hasta que vuelvas con amigos, estudios, cervezas, sobremesas y tazas de café. Porque continuamente entro de puntillas en tus redes sociales como quien entra a por algo que se dejó, porque analizo tus foros, tus gestos, tus lunares y tus palabras. Porque veo en cada nuevo amigo o contacto tuyo un potencial enemigo por miedo. Porque ya no volveré a levantarme cada mañana perdido y vacío. Por volver a amanecer o trasnochar contigo, quién sabe. Por tus manos, tus labios, por tu espalda, por cada mil y un defectos tuyo. Por cerrar la puerta de mi corazón con llave y pestillo, y dejar que la guardes tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario